miércoles, 13 de abril de 2011

Desarrollo laboral, beneficios sociales Alternativas y desafíos

La educación no es el único factor que explica el desarrollo de las sociedades. Se acepta que el desarrollo de las naciones esta asociado, entre otros elementos, al capital financiero acumulado y disponible, a las innovaciones tecnológicas y al mayor nivel de educación y de organización de sus ciudadanos. De esta manera el nivel educativo de la población y el desarrollo de una nación se retroalimentan mutuamente y ascienden de manera paralela con el transcurrir del tiempo y se estima razonable esperar que la inversión en educación provoque incremento económico y desarrollo. Sin embargo, en determinados países sobre todo subdesarrollados, es posible encontrar personas que habiendo alcanzado el nivel de la educación básica (secundaria completa), no hayan logrado superar situaciones de pobreza, este fenómeno se explica en parte, por la presencia de elementos adversos derivados de las condiciones políticas, sociales e incluso geográficas, presentados como la carencia de espacios y oportunidades, en estos casos la inversión en educación resulta poco productiva.
Sin embargo, los impactos de la enseñanza en la dinámica del desarrollo son el resultado de la eficacia del sistema educativo y de la influencia de elementos contextuales como el origen social y los condicionantes materiales de los procesos educativos.
La relación entre desarrollo y educación es una realidad en la que se agregan mejoras en la calidad de la enseñanza, acompañadas de una dinámica social que contribuya a materializar los objetivos individuales y colectivos de la ciudadanía. Esta postura asume que entre los individuos integrantes de la sociedad, así como en el Estado, se comparte la conciencia de la bondad de los contenidos del sistema de enseñanza y del efecto positivo de los factores contextuales a la educación, ya que: 1/ la contribución de los individuos en la construcción del desarrollo integral de los sectores económicos y sociales y 2/ la elección de una estrategia colectiva sustentada en la formación del capital humano. La fortaleza de esta estrategia, en particular para países pobres como los latinoamericanos, se origina en el dinamismo y contribución del Estado y de las familias y se proyecta hacia el desarrollo sostenido de la capacidad del capital humano nacional. Se debe entender que en dicha estrategia el Estado seguirá jugando un papel decisivo en la educación, ya sea elevando el porcentaje del presupuesto público destinado a la educación, así como logrando mayor eficiencia y racionalidad en el destino del gasto y ampliando las autonomías en la dirección y gestión de los centros educativos.

El razonamiento lógico, hecho explícito a partir de la comprobada asociación positiva entre la educación y el ingreso de las personas, permite esperar que a mayor grado de educación, en primer lugar, los individuos son dotados de una más amplia capacidad de respuesta frente al mercado laboral y, en segundo lugar, que esa capacidad es determinante de una mayor productividad, la cual a su vez permitirá alcanzar adecuados ingresos en el mercado laboral. Se considera que las personas con grados de escolarización mayores obtendrían mejores salarios iniciales que los otros que cuentan con menor nivel educativo. Los más educados tienen ventajas, algunas no muy tangibles, pero finalmente atributos que los diferencian de los escasamente educados; tales como la acreditación de estudios, la capacidad para desarrollar una determinada productividad, la disponibilidad para continuar con estudios superiores o trabajar y otros más.
Al conocer que la productividad real de un individuo se corresponde con el efecto combinado del nivel de educación, experiencia y habilidad acumulada, dicha productividad se hará evidente luego de un periodo de trabajo efectivo. Una de las funciones sociales es el proporcionar información de la productividad, elemento determinante para la selección por los empleadores. Esto es, la educación no sólo cumple la función de transmitir conocimiento sino, además acredita a las personas de un potencial de capacidad y productividad.
El proceso de cambio para salir de la pobreza vía el impulso a la educación no se limita a la inversión para el mejoramiento de la calidad de la enseñanza y la instrumentación de algunas políticas de desarrollo educativo. También es necesario renovar la visión de los dirigentes del sistema educativo nacional, con el establecimiento de eficaces sistemas de administración y gestión, y con una creciente participación de la sociedad civil.
Todos los países se enfrentan a numerosas opciones al tratar de diseñar sus políticas y estrategias de desarrollo, lo cual implica la toma cotidiana de decisiones, en formas más o menos coordinadas y de maneras más o menos democráticas, teniendo en cuenta perspectivas de corto y largo plazo. En esas decisiones se juegan grandes riesgos y grandes beneficios para naciones enteras, pero toda opción entraña, inevitablemente, riesgos e incertidumbre. La mejor forma de enfrentar estos riesgos es el adoptar políticas de gerenciamiento del riesgo asociado a la toma de decisiones mediante sistemas de información asociado al desempeño que permitan que las instituciones aprendan a partir de su propia experiencia.
La experiencia internacional muestra que las políticas del desarrollo se pueden mantener a lo largo del tiempo únicamente si la mayor parte de la población las comprende y apoya, en esto es importante un ambiente de toma de decisiones democrático. Si los cambios que la implementación de cualquier política conlleva no son contrarios a los valores y el sentido de justicia de la mayoría de la población, ese proceso de cambio se puede definir, en términos generales, como desarrollo.

1 comentario:

  1. Desarrollo, educación y movilidad son preocupaciones emergentes
    Les felicito por integrar su trabajo
    Ya tienen sus evaluaciones
    Les agradezco haber compartido momentos importantes en la educación para todos
    Sus evaluaciones están en el portal
    Gracias
    Con cariño
    Ma Ángeles ÁL

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